(La relación de un verdugo y un condenado a muerte en su última noche)
“El Último Estertor” es una pieza de teatro de corte intimista, que se sustenta en los siguientes temas arquetípicos del hombre:
1- La aceptación de la muerte. El proceso del ser humano de concientizar a la muerte como un fenómeno natural, y la pérdida del temor con respecto a la misma. La pérdida de ese temor como única forma de lograr la felicidad, viviendo cada instante en plenitud.
2-La indiferencia y el conformismo. Robotización e idiotización del hombre a través de la masificación de medios y búsqueda del confort material. Vivimos anestesiados para no sufrir. Pan y circo.
Estos temas son abordados en la obra a través de la siguiente ficción elegida por el autor:
Un condenado a muerte vive sus últimas horas de agonía y pide como último deseo conocer en esa noche a la persona encargada de aplicarle la inyección letal. En el transcurso de esas horas éstos personajes pasan por una cantidad de estados límites de tal intensidad, que llevan a una relación comparable a la estrechez de un vínculo fraternal o filial. El condenado debe morir. ¿Cómo deberá acelerar su proceso de aceptación ante la muerte en tan poco tiempo? ¿Cuál es su legado? En un acto de generosidad puro y semiinconsciente termina por ayudar a despertar del letargo en el cual está sumergido su verdugo.
METODOLOGÍA DE TRABAJO:
Se trabaja con la base de un teatro de laboratorio, o de investigación; en el cual los actores son guiados por la dirección a través de ejercicios de improvisación y sensibilidad que nutren de información para el armado del espectáculo.
Es el actor a través de ésta dinámica quien propone textos, situaciones de vida; encontrándose de éste modo con su personaje en un proceso natural.
El director marca el camino por donde deben viajar los actores en estos ejercicios, continentando de tal manera el trabajo como para que no se escape del esquema madre.
Acumulada toda la información, se selecciona lo esencial. Éstos procesos creativos de conexión con el interior, le aseguran al actor veracidad en su composición. Esa es la tarea del director: Coordinar, Seleccionar, Armar el rompecabezas; para que la historia a nivel de Dramaturgia tenga al fin y al cabo un lenguaje acorde a las necesidades del espectador; pues de eso se trata el teatro.
ESTILO:
Se trabajará el hipernaturalismo, con el objetivo de no provocar ningún distanciamiento en el espectador, para lograr su posible involucramiento con la historia. La monotonía de la historia se rompe con la aparición de recuerdos de los personajes –pasado, presente, futuro-. Es allí donde la obra cobra un carácter onírico, ominoso. El espectador se sorprende, se sacude ante éstos quiebres. Del hipernaturalismo a la distorsión.
Se cuenta en el equipo técnico con gente de vasta experiencia en el medio, y que ya han trabajado en varios proyectos que se han realizado en espacios alternativos.
ESPACIO:
La obra está pensada para que se desarrolle en un espacio subterráneo, y opresor para un público que no exceda las 60 localidades. Es fundamental (por el estilo elegido para el trabajo) la cercanía que tenga este último con los actores.
Un espacio alternativo, que se disocie de los teatros convencionales; con el objetivo de que el público se sienta implicado con la historia, dónde no sea casi necesario construir una escenografía al servicio de ésta, ya que el espacio mismo es el ideal para el desarrollo de la obra.
